lunes, 5 de marzo de 2012

EL BUHONERO Iª PARTE


Iba haciendo camino, sin tener muy claro ni donde estaba ni hacia donde iba.  A decir verdad, ya me daba igual.   Mi prioridad ahora, era buscar algún medio de transporte lo antes posible, andar cargado con la RPG y el resto del equipo era extremadamente agotador.

A unos cien metros carretera adelante, había un grupo de vehículos parados.  Un camión había volcado bloqueando la carretera y varios coches permanecían calcinados a su alrededor,  también había un pequeño grupo de zombis deambulando, a primera vista conté cuatro.

Me acerque a los coches andando lentamente, con la katana y la pistola como únicas armas, no merecía la pena gastar municion para tan pocos zombis.  Conforme me acercaba a los coches, los podridos se activaban con mi presencia.  Pare en mitad de la carretera y los espere, primero llego un hombre bajito con barba sin aparentes heridas, solo la mirada y la tez lo delataban su condición de infectado, luego un niño de unos diez años desnudo, el tercero era una mujer gorda a la que le faltaba parte de la cara y trozos de carne por todo su cuerpo, casi a la par un anciano cojeando al que se le veían varios huesos que tenia en carne viva.

Cuando decapite a los cuatro, di media vuelta de regreso al lugar donde había dejado el resto de mi equipo y mi sorpresa fue mayuscula cuando vi una autocaravana que se encontraba parada junto a mis cosas.   Desenfundé la pistola y me acerque lentamente, habia un tipo con pinta de pordiosero hurgando entre mis cosas.

-     Levanta las manos y sepárate de esas cosas despacito – le dije sin dejar de encañonarlo.
-     Tranquilo amigo, el viejo Nicolas no te quiere robar y ademas no voy armado – contesto el tipo con acento español, mientras se levantaba y se giraba hacia mí, mostrandome las manos.
-     ¿Qué quieres? ¿Qué husmeabas?  Volví a preguntar ya sin apuntarlo.
-     He visto que tienes cosas muy valiosas, el viejo Nicolas es un buhonero que le gustaria comerciar contigo. ¿Qué necesitas: Tabaco, Whisky? ¿Qué quieres a cambio de este trasto? – dijo mientras señalaba el RPG.
-     No fumo, ni me gusta el whisky, si eso es todo lo que puedes ofrecerme, es mejor que dejemos de perder el tiempo – le dije mientras recogia mis cosas y estudiaba su aspecto.  Sucio y malholiente, con acento de Rumano y una cicatriz en el pumulo que lo identificaba como una chivato.
-     Espera¡¡¡ tengo mas cosas, Valentina rápido trae la maleta – grito en dirección a la autocaravana.

Unos segundos después una chica sucia como el y muy desnutrida salía del interior, su cuerpo estaba semidesnudo y llamaba la atención un gran hematoma en el ojo, parecia una judia de un campo de concentracion que arrastraba como podía una gran maleta de viaje.    Se coloco entre ambos sin levantar la mirada en ningún momento y de forma temblorosa abrió la maleta.  Un gran surtido de productos quedaron expuesto ante mí.

-     ¿Qué quieres: Coca, Marihuana, anfetas, whisky, Vobka, ginegra, Chanel, Malboro? Tengo de todo -  el tipo abrió una cremallera y siguió - ¿Café, jabón, Antibióticos, miras telescópicas? nada me falta ¿Que quieres a cambio de tu RPG? -   el tipo era como un supermercado ambulante..
-     Nada de eso necesito, sigue tu camino que yo seguiré el mío -  note que el tipo estaba obsesionado con la RPG que quería cambiar a cualquier precio.
-     Espera no te vayas ¡¡¡ - hizo un ultimo intento desesperado -  La chica, quieres a la chica? ¡¡¡¡ - me gire y lo mire a los ojos, el siguió hablando – !! Es mia, mi tesoro ¡¡ la compre hace un par de semanas, es muy sumisa y te hará todo lo que quieras sin rechistar,  ¿Cuánto llevas sin echar un buen polvo eh? – Mire a la chica y realmente no era muy guapa, tampoco tenia un cuerpo de escándalo, era una chica normal y corriente con cara de asustada que había caído en las garras de un hijo de puta.
-     Esta bien me quedo con la chica y la botella de vodka y una beretta – Realmente ella no me interesaba, sin embargo la superpuesta era un seguro de vida, a ella la incluia en el lote como mi buena acción del día.

Nicolas se apresuro a sacar la botella, luego cerro la maleta y la metió en la autocaravana, salió de nuevo con la beretta y una caja de cartuchos me la entrego y cogió la RPG con los dos proyectiles que me quedaban y los introdujo dentro de su autocaravana.  Su cara reflejaba felicidad, sonreía picaramente como el trilero que engaña a un turista.   Arranco su vehículo y según se alejaba grito por la ventanilla – !!!Esa zorra me costo un paquete de tabaco je je ¡¡ -.   A eso se había reducido el valor de una persona, a un paquete de tabaco.

Allí estábamos los dos parados en mitad de la carretera, ella mirando al suelo y yo mirándola a ella, abrí la botella de vodka y pegué un trago, luego extendí la mano y se la ofrecí. No se inmuto.

-     Puedes irte, eres libre – la dije mientras pegaba otro trago a la botella y daba media vuelta.

Cogí mis cosas del suelo y me alegre de no tener que volver a cargar con los 10 kg, que sumaban el RPG y los proyectiles.   Continúe por la carretera, cuando llegue a la altura de los zombis muertos poco antes, mire atrás y vi que la chica me seguía a unos poco pasos, detrás sin levantar la cabeza, como si de un perrillo se tratara, la hice señas de que se marchara por segunda vez, dando por hecho que no me había entendido la primera, pero ella continuo detrás de mi a la misma distancia, sin inmutarse.

Por la noche nos refugiamos en una casa cerrada pero en buen estado, era la típica casa de fin de semana o de vacaciones, las revistas y periódicos que encontramos en ella eran de fechas muy anteriores al holocausto,  allí había todo lo que se puede necesitar para el aseo, si no te importa que el agua sea fría, champú, hojas de aceitar, etc.    Le dije a Valentina que se metiera en una de las habitaciones que se aseara, se vistiera y descansara, ella asintio con la cabeza sin decir media palabra.   Yo inspeccione la casa, hallando una bodega con montones de botellas de vino y alguna que otra conserva, habíamos tenido mucha suerte al elegir la casa.   Encendí unas velas y descorche una de las botellas de vino, al rato apareció Valentina y me quede mudo de la sorpresa, el patito feo se había convertido en un cisne, estaba limpia, peinada y había encontrado una minifalfa y un suéter que le quedaban como un guante,  su piel era mucho mas clara de lo que yo pensaba e incluso su pelo era mucho mas claro, era una chica bastante mas atractiva de lo que pensé en un principio, ademas ahora llamaban la atencion sus redondos ojos azules.   La ofrecí una copa de vino.  Pasamos horas bebiendo y a la par que vaciábamos  botellas de vino, ella me vaciaba su alma, contándome su triste historia y desventuras.

Valentina era una simple estudiante, se pasaba el día en casa estudiando para una oposición a empleado publico, los dos años anteriores a la hecatombe apenas había salido de casa.    Cuando empezó todo, al igual que mucha gente hizo acopio de comida, bombonas de gas y linternas, y se encerró con una amiga en el piso donde vivía.    Cuando se les acabaron los víveres ambas tuvieron que prostituirse a cambio de comida y medicamentos, con el tiempo ni siquiera eso sirvió para seguir subsistiendo y optaron por intentar llegar a un campo de refugiados.

En su éxodo fueron engañadas, violadas y robadas.   Un día que estaban refugiadas en una iglesia con un pequeño grupo de supervivientes, los zombis les atacaron y en el caos perdio a su amiga, ella escapo por una ventana, pero no volvió a saber de su compañera y quedo sola.

Días mas tarde fue raptada por un grupo de saqueadores que después de hacerle todo tipo de barbaridades, la intercambiaron al buhonero con el que la encontró a cambio de un misero paquete de tabaco.

Con ese hombre llamado Nicolai empezó lo peor, un verdadero calvario, no paso ni un día sin que deseara morir, aquel hombre la violo y la torturo, empezaron las palizas sistemáticas, por cualquier motivo, luego las torturas físicas y sicológicas por diversión, (me enseño las quemaduras provocadas por cigarros en su cuerpo).  Ella intento suicidarse pero el tipo lo impidió y la dio una paliza que la dejo medio muerta, advirtiéndola que no lo volviera a hacer,  solo el podía decidir cuando dejaría de vivir.

-     Ayúdame a vengarme de ese malnacido – me dijo,  acercándose a mi, mientras se soltaba el pelo y se quitaba el suéter.
-     No creo que sea una buena idea – la dije, estaba a punto de negarme, cuando se quedo desnuda totalmente y pude ver innumerables cardenales, cortes y quemaduras sobre su cuerpo, lo tenia totalmente destrozado, en ese momento fui consciente de lo horroroso se su destino.
-     ¿Solo doy asco verdad? – ella había observado la cara que yo puse al ver el estado de su cuerpo y se puso a sollozar.
-     No, al contrario me parece un cuerpo precioso – era una mentira piadosa, la abrace y la cubrí el cuerpo con una manta,  ella aparto la manta bruscamente y se levanto, se dirigió hacia mis cosas y antes de que yo pudiera reaccionar cogió mi pistola y se pego un tiro en la boca.   Yo me quede parado, sin reaccionar,  mirándola durante el resto de la noche, por la mañana la enterré.

Dos días después del suicidio encontré la autocaravana, al principio dude si era la misma, pero efectivamente era la de Nicolas, había llegado el momento de la venganza, me quede vigilándola en la distancia, planificando la acción.  Al poco, la puerta de la autocaravana se abrió, Nicolas salió del interior arrastrando a una chiquilla de 12 o 13 años de los pelos.

-     Maldita cría, no me sirves para nada¡¡ -  gritaba a la chiquilla, empujandola contra el asfalto.
-     Tu lo has querido, esta noche dormirás fuera, veremos si mañana vuelves a derramar el agua -  Ató a la chica con una cadena al cuello, amarrada a la autocaravana como si fuera un perro.   Ni las suplicas ni la edad de la chica le detuvo, era un auténtico canalla.

Fueron pasando las horas con la niña sola llorando en el exterior de la autocaravana cuando un podrido aparecio de la espesura del bosque,  lentamente se fue acercando a la chica, cuando ella advirtió su presencia se puso a gritar y a llamar al viejo.   Nicolai no salía de la autocaravana, primero pensé que la estaría torturando, pero no era posible que esperara tanto, el hijo de puta debía estar dormido.  Había llegado el momento de intervenir o en pocos segundos la chica sería el aperitivo del zombi.    

Corrí hacia la chica que había parado de gritar y estaba acurrucada en la puerta de la autocaravana.  Cuando estaba a un par de metros del podrido, detecto mi presencia, se giro hacia mí y lanzo un zarpazo al aire que esquive, luego se avalanzo sobre mi, aproveché el propio movimiento para cortarle la cabeza con la katana, cayo rodando hasta la niña y provocando una nueva serie de gritos.

Entonces por fin Nicolas abrió la puerta de la autocaravana, con la escopeta por delante.

-     ¿Qué diablos haces tu aquí? – dijo apuntándome con la escopeta.
-     Vengo a hacer una reclamación, el producto que me vendiste estaba defectuoso y quiero que me devuelvas me RPG -  le conteste aguantando mis ganas de saltar sobre el y arrancarle la cabeza.
-     Bueno, esa zorra estaba un poco machacada pero aun se la podía usar, no? -  Dijo soltando una carcajada.
-     No, me refería a la chica, puerco, sino al vodka. -  tras decir esto salte y caí rodando trás un árbol,  el disparo y miles de astillas saltaron a mi alrededor.  Saque la pistola de la funda y sin apuntar dispare en dirección a la autocaravana.

Oí como Nicolas entraba en la autocaravana, seguramente a coger granadas o incluso la RPG.   Corrí hacia otro árbol y como pensaba no recibí ningún disparo, lo que me confirmo que estaba en el interior buscando armas mas potentes.  Aproveche para cambiar de escondite moviéndome rápido.   Cuando Jeremías salió de la autocaravana, como imagine llevaba el RPG al hombro y un par de granadas, apunto hacia el árbol donde el pensaba que aun me guarecía y dijo.

-     No querías la RPG, sal y te la devolveré -  grito mientras me buscaba por el visor para destrozarme.

Atraídos por los ruidos de los disparos empezaron a aparecer zombis de la espesura,   Cuando el buhonero se dio cuenta los tenia a pocos metros de la autocaravana, en una reacción instintiva los apunto y les disparo con la RPG, el proyectil hizo salta a un par de ellos por los aires. – Volad cabrones¡¡¡¡ - entonces cogió las granadas y  lanzo una a la izquierda y otra a la derecha.   Los zombis empezaron a saltar por los aires como muñecos, pero llegaban mas que lentamente avanzaban hacie el.

Aprovechando la confusión generada, me introduje en la autocaravana, cargué un rifle con la intención de volarle la cabeza, si los zombis todavia no se habían encargado de el.  Me asome a una ventanilla y vi como Nicolas corría hacia la autocaravana.  Sin advertir mi presencia se coloco en el asiento del conductor con la intención de arrancar y escapar.  El miserable aun tenía a la niña atada fuera y aun así pensaba arrancar y escapar, solo le hubiera costado unos segundos desatarla y meterla dentro.  Levante el rifle y le apunte a la cabeza.

-     ¿No pensarías marcharte aun?  El levantó los brazos y con mirada atónita se dio la vuelta.
-     ¿Qué quieres?, te devolveré tu RPG, te daré lo que me pidas.-   El hombre estaba derrodillas suplicando por su vida, incluso simulaba llorar.
-     Lo único que quiero es que salgas hay fuera y acabes con esos podridos que quedan. – hizo ademán de coger un arma, pero con la cabeza se lo negué y lo empuje al exterior.
-     Escucha, te regalo la maleta y a la chica, es joven, es una putita muy complaciente, mucho mejor que Valentina, no te arrepentirás –  estaba sentenciado y el lo sabia.
-     Tienes cinco segundos para correr lo mas lejos que puedas, luego si no acaban los podridos contigo lo are yo. – mi corazón me pedía disparar al cabrón y aun no se porque no lo hice.

Nicolas empezó a correr en dirección al bosque,  un par de zombis le cortaban el paso pero los esquivo con relativa facilidad, quizás le había subestimado.   Levante el SV98 apunte por su mira Tasco a la pierna y dispare.  Pensé que había fallado el disparo, ya que continúo corriendo a la misma velocidad,  pero cuando volví a enfocarle en el visor aprecie que estaba sangrando y cojeaba, no hacia falta volver a disparar, los podridos acabarían el trabajo.  Valentina estaba vengada.

Cuando solté a la niña, me la encontré en buen estado, un poco flaca y despeinada, se llamaba Anna, tenia catorce años y era muy alta para su edad, tenia cara de princesita y  como Valentina había sido vendida al buhonero, esa misma mañana.  Afortunadamente para ella, habia intervenido a tiempo, aun no habia empezado la tortura, lo cual se notaba en sus aptitud mucho mas positivaAl poco ya hablaba por los codos y tonteaba conmigo.  No se lo que me esperaba a su lado, pero lo que era seguro es que no iba a aburrirme.

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