lunes, 6 de febrero de 2012

RASCACIELOS


Cada vez que sobrevolaba una ciudad veía el mismo espectáculo, calles abandonadas, cristales rotos, cuerpos descomponiéndose y muchos, muchos zombis, las ciudades eran territorio zombi.    Dentro de 1000 años alguien estudiaría las ruinas como nosotros estudiamos los restos de civilizaciones que ya desaparecieron y no se explicarían que paso, es mas, ni siquiera nosotros sabemos quien fue el culpable de nuestra extinción.   Toda la ciencia, la técnica y los avances se quedaban en las ciudades, los núcleos de población que resistían lo hacían sin televisión, sin Internet, sin teléfonos móviles, sin modernos hospitales, todo se había perdido, me inundaba una gran melancolía.

Estaba volando sobre una de estas grandes  ciudades cuando vi una bengala.   Me llamo la atención porque salio de un rascacielos muy conocido, quizás de los más famosos del país,  ¿es posible que todavía quede alguien? Me preguntaba,  sobrevolé el edificio, en la azotea en pleno helipuerto había gente moviendo las manos.  ¿Quiénes serian? ¿Cuál seria su historia?

Eran cuatro personas, tres hombres y una mujer,  parecían muy desesperados, tenían la ropa sucia y rota y todos hablaban a la vez.   El grupo era peculiar, un hombre mayor con pelo y barba blanca, de nombre Bill, parecía acostumbrado a mandar, otro de los tipos era negro, delgado y alto, vestía con traje sucio, su nombre era Louis, el tercer tipo era grueso y tenia pinta de macarra, no recuerdo el nombre,  la chica era morena y de piel oscura, joven, no mas de treinta, vestía con vaqueros y suéter rosa se llamaba Zoey.

-         Esta bien silencio, no soy ningún helicóptero de rescate, mi nombre es Iván y simplemente voy de paso.

Como todos se empeñaban en hablar a la vez, los hice callar y le pregunte directamente al viejo que parecía llevar la voz cantante.

-         Tienes que sacarnos de aquí, esos tipos están locos.- dijo Bill.
-         ¿Esos tipos? ¿Los zombis? Pregunte
-         No, son peores que los zombis son bestias, son caníbales.- Dicho por el gordo la verdad que acojonaba. 
-         Esta bien vamos por partes, ¿De quien hablamos? empezar por el principio y despacio. – los dije.

Bill empezó a contar su historia,   parece ser que los cuatro estaban alojados en un hotel, y hasta el principio de la epidemia, no se conocían de nada y fue el destino el que les fue juntando, se protegieron unos a otros, dando tumbos por refugios, zonas seguras y escondites, hasta que al final oyeron por radio de onda corta que este edificio era seguro, el mensaje decía que todos los lunes abrían una entrada al edifico por  las alcantarillas y daba las instrucciones de como podían acceder los refugiados, así que buscamos la entrada y lo conseguimos.

Al principio todo fue bien, nos pareció raro que no nos dejaran llevar armas, pero este edifico era un paraíso después del tiempo que pasamos fuera, nos dieron comida, camas, todo parecía ir bien.  

-         Al grano - Interrumpí.

Lo primero que nos extraño es que siempre se comía carne, no nos decían de donde salia, pero siempre había carne de comer,  luego nos llamo la atención que la gente desaparecía,  misteriosamente y sin dejar rastro no la veías mas,  entonces investigamos y descubrimos el motivo, esos hijos de puta COMEN GENTE!!! Solo dejan pasar a la gente dentro del edifico para seguir teniendo alimento, somos ganado para ellos. 

-         ¿Pero quienes son ellos?
-         Los trabajadores del edificio – continuo Zoey con el relato,

 Desde este edifico se estuvo emitiendo noticias hasta el ultimo momento, cuando quisieron escapar era demasiado tarde, estaban rodeados.  Afortunadamente para ellos el edifico además de ser de los mas seguros de la ciudad, también tenia restaurante, gimnasio, un par de plantas de hotel, vamos que los primeras semanas estuvieron en la gloria, luego se quedaron sin comida, y el hambre….. los volvió locos, primero se comieron a  los que se suicidaban, luego a los ultimos en llegar, entonces se les ocurrió lo del comunicado, para atraer presas, la gente llegaba pensando que era un lugar seguro y estos bastardos se daban matarile.

En ese momento la madera con la que tenían atrancada la puerta a la azotea cedió y empezaron a llegar hombres armados que nos rodearon antes de que pudiéramos coger las armas para defendernos, si era verdad lo que me habían contado, la situación era fea.

Nos bajaron empujones por una escalera, cuatro pisos mas abajo a ellos los encerraron en un cuarto y a mi me llevaron ante los que debían de mandar en el edificio, una mujer tomo la palabrar.

-         Supongo que me abra reconocido –  dijo la mujer con aires de grandeza.

Era una mujer de unos 50 años, traje chaqueta verde y sonrisa, su cara me resultaba familiar, creo que era la presentadora de un Magazine matinal de mucha audiencia.  Famosa por ser una tirana con sus colaboradores y pelota con sus invitados.  A su alrededor varios hombres y mujeres,  se limitaban a escuchar.

–        no importa, mi nombre es Rose, ¿Dígame, que le han contado esos desgraciados?
–        Nada, conteste, justo cuando baje del helicóptero llego todo el mundo y me hicieron prisionero, pensaba que era el único prisionero hasta que vi a los otros cuatro también maniatados.

Su cara se noto mas aliviada,  continuo comiéndome la cabeza en lo que venia  a ser un, los malos son ellos y los buenos nosotros,  para continuar preguntándome por la situación fuera de su súper edificio y las posibilidades de rescate.    Yo la conté una pequeña mentirijilla, le dije que el ejército tenía totalmente controlada la situación,  que los zombis ya habían sido eliminados de las zonas rurales y que en breve empezarían a limpiar las grandes ciudades.    Se lo creyó y se puso tan contenta que dio órdenes de montar una gran fiesta para celebrarlo, yo no creía lo que oía, esa noche lo íbamos a celebrar y al día siguiente yo la llevaría a ella con las nuevas autoridades.

Me llevaron a una habitación, me dijeron que de momento por mi seguridad era mejor que no saliera solo, que descansaran y que después de la cena vendrían a buscarme, obviamente cuando me trajeron la cena, no comí nada, todo fue al retrete,   después de la cena me vinieron a buscar dos hombres con smoking, - estaría en un mundo paralelo – pensé,  me llevaron a una gran sala, que debía ser un antiguo plato, muy grande, estaba iluminado con luz de velas, y se escuchaba música,  había  hombres y mujeres bailando.   Entonces llego Rose, con vestido de noche y joyas que debían valer una fortuna, me ofreció, primero cava, era español excelente, luego me ofreció una raya de cocaína, colombiana, tampoco me negué.  Ante mi cara de asombro, llamo a unas chicas muy sonrientes, me las presento, sus caras eran de lo mas exótico, parece ser que las tres eran modelos, las pillo la hecatombe en un estudio fotográfico del edificio haciendo una sesión maratoniana de fotos,  cada una venia de un sitio diferente, la rubia se llamaba Claudia era Alemana, la pelirroja, Cindy de Irlanda y la morena Daniela una brasileña despampanante, las tres eran jóvenes, guapas y con un cuerpo escultural.   No sabría decir cual estaba más buena de las tres.

-         Solo va a estar una noche con nosotros y queremos que tenga un buen recuerdo me dijo Rose - dejándome a solas con las chicas.  Las cuales me llevaron a un reservado con la coca y el cava.

Afortunadamente yo tenia preparación para aguantar el alcohol  y las drogas, ellas no, así que dos botellas después de cava, estaban semi desnudas sentadas en mis rodillas y bebiendo el cava directamente de sus cuerpos, mientras, ellas me contaban todo lo que sabían, “el cazador cazado”, tenían intención de sacarme información y lo que hicieron fue proporcionármela,  mientras las besaba, las sobaba, me las comía enteras (esto si que era canibalismo), me entere que en el edifico había un banco, con un montón de cajas de seguridad, de allí habían sacado todo: droga, joyas, documentos muy importantes,  que Rose les había prometido sacarles de allí a todos en cuanto contactara con el gobierno y luego todos ellos serian millonarios.    De lo que no sabían nada era de los prisioneros, ni del canibalismo, ni de la trampa para atraer a supervivientes incautos.  

Cuando conseguí toda la información útil que podían proporcionarme,  me dispuse a marcharme entonces las eche una ultima mirada, las tres estaban desnuditas y  colocadas, para esto si que no estaba preparado, no pude evitar la tentación, así que me quite la ropa y me las folle varias veces y por varios sitios a las tres, es increíble lo que puede hacer un poco de coca en la poya, 

Cuando termine, tenia la poya erecta y dolorida,  fingí estar borracho, salí del reservado dando tumbos, camine en dirección a mi habitación, como imagine un gorila no se despegaba de mi,  así que en un pasillo solitario simule desmayarme y cuando el tipo se acerco lo arree, lo inmovilice y le quite la pistola, antes de dejarlo K.O. le saque el lugar donde tenían a los prisioneros.

A los prisioneros no los tenían vigilados, simplemente estaban encerrados en una sala, los abrí y les dije que me siguieran, había que llegar al helicóptero lo antes posible.  De camino a las escaleras pasamos por una cocina,  oímos pasos acercarse y los cinco nos quedamos agachados, escondidos en una especie de nevera gigante.   Zoey se dio la vuelta y se puso a devolver, a nuestra espalda había una persona colgada de un gancho de esos que se cuelga a los cerdos para despiezarlo,  le habían sacado las tripas y tenia parte del cuerpo fileteada.  Mientras el grupo de hombres había llegado a nuestra altura, era un grupo de hombres armados, corrían,  pudimos oír parte de su conversación,

-         Rápido no pueden estar lejos, hay que encontrarlos –  joder que mala suerte pensé.
-         Saben que hemos escapado, nos estarán esperando en el helicóptero – dijo Bill.
-         Es mejor que salgamos por donde entramos, no esperaran que bajemos en vez de subir y la salida a las alcantarillas estará menos vigilada – dijo Louis.
-          Esta bien, bajemos. –  dije pensando la forma de recuperar mi helicóptero y mi equipo.

Todos asintieron con la cabeza.  Cuando llegamos a la puerta de bajada a las alcantarillas encontramos a dos guardias, estaban sentados y confiados, saltamos sobre ellos como leones sobre la comida, y los dejamos fuera de combate, Bill y Zoey les quitaron sus armas, Louis y el gordo se quedaron con un bate de béisbol y con una katana que habían encontrado por el camino, yo con mi pistola, estábamos preparados para salir y encontrarnos cualquier cosa.

Al abrir la puerta nos encontramos a cientos de zombis esperando, en cuanto nos vieron, se activaron, era imposible atravesarlos o acabar con todos ellos con las armas que llevábamos.

-         Hacia arriba, rápido, por aquí no podemos salir. – los grite mientras sacudían a los primeros en llegar.

Nunca pensé que fuera tan duro subir corriendo un rascacielos, debía ser como una maratón,  lo único que nos motivaba era saber que detrás teníamos a cientos de zombis pisándote los talones, que no se cansan nunca, torpes pero constantes.   Cuando llegamos a la mitad del rascacielos paramos a descansar, mientras recuperábamos el resuello Bill dijo.

-         Es tontería seguir subiendo, lo que nos espera arriba es peor,  en cuanto lleguemos arriba nos van a meter una bala entre ceja y ceja.- dijo Bill
-         ¿Qué propones? – conteste.
-         Volver a bajar, estamos preparados, - dijo mientras cogia un hacha de la pared. – Hemos subido 20 pisos, ellos nos persiguen pero ahora están diseminados por toda la escalera, podemos reventarles la cabeza mientras bajamos, ¿Qué opináis?
-         Yo voto por bajar y reventar cabezas -dijo el gordo.
-         Ahora será mucho más fácil salir – dijo Louis.
-         Llevo meses cuidando de vosotros, no os voy a dejar tirados ahora. – dijo Zoey.
-         ¿Y tu que, Iván, te unes a la fiesta? Me pregunto Bill.
-         No – todos quedaron extrañados, - solo quiero volver a mi país y el billete esta en la azotea, además tengo que despedirme de alguien. –

 Mientras terminaba de hablar, llegaban los primeros zombis a nuestra altura,  con una rapidez y facilidad que incluso a mi me sorprendieron, los destrozaron la cabeza y empezaron a descender, entre golpes y mandobles, oí la voz de Zoey que decía – Suerte Iván, ya nos veremos-  Joder que buenos son, pensé.

Cuando llegue al piso 30 ya todo el que estaba en el rascacielos sabia que había zombis dentro, se había convertido en un sálvese quien pueda y los que subían o bajaban no me prestaban atención.    Volví a parar a descansar, estaba en el piso de la fiesta, seguramente las chicas seguirían allí, iba a continuar, pero la imagen de los zombies comiéndose a las chicas me freno, busque el reservado donde las había dejado horas antes y allí seguían,  desnudas y dormidas como angelitos.  Las desperté y se levantaron como pudieron, mientras se espabilaban las puse al día de la situación, afortunadamente ya estaban mucho mas serenas y aunque un poco desorientadas, podían andar.  Así que se pusieron algo de ropa y me siguieron escaleras arriba, mientras les contaba mi plan me sentí como Charlie contándole a sus ángeles su próxima misión.

Los matones de Rose, nos esperaban a los cinco fugados, para meternos un tiro en la cabeza, pero no sospecharían de tres chicas guapas escapando de los zombis, ellas serian mi caballo de Troya.     Como imaginaba dos hombres armados impedían el paso de la gente a la azotea, a Claudia le resulto fácil acercarse a ellos, yo la dije que los apuntara con la pistola hasta que yo llegara, pero se ve que era una chica con iniciativa ya que les metió un tiro a cada uno, joder como se las gastaban.    En el momento que los guardias cayeron todo el mundo salio a la azotea, que se convirtió en un caos de gente, corriendo hacia el helicóptero, el pánico a los zombis hacia mella. 

Cuando yo llegué al exterior vi como mucha gente se subía al helicóptero, como no copian, empezaron a vaciarlo, tiraron: el agua, la gasolina, los vivieres y varios baúles que no me resultaban familiares, debían ser de Rose.  Entonces apareció ella junto a otro tipo armado con un M-16, ambos se acercaban al helicóptero y les hacían señas para que bajaran a los que estaban dentro, nadie hacia caso, ninguno quería abandonar el helicóptero.  El tipo abrió fuego contra los que estaban dentro, esos cabrones no tenían ningún tipo de escrúpulo, se estaban cargando a gente indefensa.    Corrí todo lo rápido que pude hasta el, de un puñetazo tire al suelo al hijoputa, luego antes de que se levantara lo cogi por la pechera y le lance desde la azotea a la calle, vuelo libre de casi 40 pisos, Rose temiendo que la pasara a ella lo mismo salio corriendo hacia el interior del edificio.

Los que quedaban allí, me miraban preguntándome con los ojos que iba a hacer, los dije que subieran, sabia que me iba a arrepentir de dejar todas las provisiones y mi equipo en la azotea, pero mi conciencia no me permita dejar a esa gente hay tirados.     Mientras ponía en marcha el helicóptero, un goteo de gente fue llegando y subiendo, debíamos estar al limite de capacidad de despegue en estacionario cuando vi aparecer el primer zombi por la puerta, era demasiado pronto, aun necesitaba algunos minutos.  De pronto un disparo certero le reventó la cabeza al zombi, mire atrás y vi a Claudia con la pistola, era una excelente tiradora.     Después de ese zombi hasta que despegamos llegaron unos cuantos mas, pero según salían por la puerta eran acribillados sin piedad por las chicas.

Volví atrás en mi camino, hasta dejar a mis pasajeros en un campamento seguro por el que había pasado el día anterior,  pero allí podrían empezar de nuevo.  En cuanto a mis chicas, las ofrecí la posibilidad de acompañarme en mi viaje de regreso, pero rehusaron,  fue una pena porque el viaje hubiera sido mucho mas ameno.

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