Apenas me había alejado de la flota y ya estaba
arrepentido de mi aventura marinera, sin gasolina en el deposito, sin tener ni
idea de cómo navegar a vela, me encontraba en medio de ninguna parte a la
deriva, las buenas noticias era que el
pequeño velero tenia aparejos de pesca, por lo que comida no me iba a faltar y
las peores era que no había una gota de agua, por lo que si no encontraba
tierra pronto la cosa se iba a poner muy negra.
- Mira ya se ha despertado – oí una voz
femenina aun sin poder enfocarla.
- ¿Dónde estoy, que ha pasado? Pregunte
intentando incorporarme, en lo que parecía una litera.
- Esta usted en mi barco, no puede moverse
porque le mantenemos atado por motivos de seguridad. Lo encontramos ayer a la deriva y medio
muerto dentro de un cascaron, nos debe la vida.
Esta es mi esposa Mamen, y yo me
llamo Pelayo Peláez y soy el patrón del barco.
- No digas tonterías – replico rápidamente la
voz de una mujer – tu no has salvado la vida a nadie, inútil – le insulto la
mujer. – Le hemos rescatado por que hace
semanas que no vemos a nadie, cuéntenos que noticias hay. ¿Se sabe cuándo podremos
volver a nuestras casas? – pregunto mientras señalaba con la mano mi uniforme
de policía militar.
- Por lo que yo se, todavía falta mucho para
que todo vuelva a la normalidad, si es que alguna vez vuelve, no hay ni
gobierno ni organización, lo mas parecido que queda es una flota de barcos, llena de refugiados, y
créanme, aquí están mucho mejor. ¿Les
importaría dejarme en tierra? Para continuar mí camino.
- No, nos importa, de hecho, nos acercamos a
tierra a rellenar los depósitos de agua, solo que tendrás que ganarte el pasaje
limpiado el barco y cargando agua. - Dijo el hombre quitándole la palabra a su
mujer, parecían el perro y el gato.
El barco era un catamarán de 20 m de eslora, estaba bien
equipado cuando esta gente salió de Mallorca, sabían muy bien lo que hacían,
los dos depósitos de agua de 400 l. y el de gasolina de 1500 a tope, un camarote
abarrotado de comida, solo les sobraban las teles y los portátiles, que hoy día
eran inútiles.
Mientras hacia unas
ñapas en el barco ayudando a Pelayo me entere que el que estaba realmente
preparado era el yerno y la hija, fue el que preparo el barco y el que les
convenció de salir antes de que las cosas se pusieran realmente feas, ahora no
estaban en el barco pero no me contó que paso con ellos. Cuando termine las ñapas me mandaron a
fregar la cubierta, lo cual fue bastante mas agradable ya que Mamen estaba
tomando el sol en top less, era
rellenita, con el pelo moreno, rizado, estaba muy morena y llamaba la atención
particularmente el tamaño de sus tetas, seguramente operadas, apostaría que una
100 o 105. Cuando llegue con la fregona
a la zona del barco donde estaba tumbada tomando el sol, se incorporo y me
miro, con el mal genio que gastaba, yo esperaba que me diera un bufido y me
echara de allí, pero para mi sorpresa lo que me pidió era que las diera crema
bronceadora. Así que hay estaba yo en un
catamarán en mitad del mar dando crema primero en la espalda y luego en el culo
y en las tetas, tenía una erección de campeonato.
- Quítale las manos de encima a mi mujer,
hijo de puta¡¡¡ - era demasiado bueno para durar, Pelayo estaba gritando como
un energúmeno con un rifle en la mano, curiosa forma de morir.
- Tu cállate eunuco¡¡ - le corto Mamen a su
marido, colocándose delante mía a modo de parapeto, el hombre no dijo nada mas,
bajo el rifle y se metió en la parte interior visiblemente cabreado.
- Que no te de pena Iván, si por el fuera, te
hubiéramos dejado a la deriva, no quería subirte a bordo. – Yo me quede
pensando en esto, mientras ella se iba a tranquilizarle al interior del catamarán.
Después de esa bronca la aptitud de Pelayo conmigo paso a
ser bastante arisca, el ambiente en el barco era tenso, afortunadamente no tendría que aguantarlo mucho tiempo, ya
que esa misma tarde llegaríamos a tierra, solo tenia que ayudarles a llenar los
depósitos del barco y luego me marcharía.
A media tarde avistamos tierra y un pequeño barco en el horizonte, con los
prismáticos pude ver que era una pequeña zodiac con 5 personas tíos armados
hasta los dientes. Le grite a Pelayo
que virara y escapara tan rápido como
pudiera. Al catamarán ya no le quedaba
gasolina y la pericia con las velas de Pelayo no era mucha, antes de que
empezara la maniobra los teníamos a menos de 100 m. disparando al
aire. Entonces Mamen me entrego el
rifle, era una remintong de caza pero afortunadamente tenia un buen visor
swarovsky. Apunte al que manejaba el
motor de la zodiac, erre el primer disparo pero vi donde dio y pude calibrar el
rifle, el segundo disparo a pesar del movimiento del barco y de la desviación fue
un disparo certero, el tipo cayo sobre el motor y la zodiac empezó a dar
vueltas; eso nos daba bastante tiempo.
Los piratas abrieron fuego contra el catamarán, impactando algunos
disparos en el casco, sin mas consecuencias.
En lo los piratas tiraban el cuerpo de su compañero herido al agua y
reaccionaban el catamarán ya había cogido una corriente de viento y se alejaba
raudo de la zodiac.
Habíamos escapado por los pelos de los piratas, Mamen se
abrazo a mi y me beso. Yo me temía que
la bronca con Pelayo volvería a empezar de un momento a otro. Pero cuando llego me estrecho la mano con
una sonrisa de oreja a oreja.
Por la noche en la cena el ambiente mejoro mucho gracias al
episodio de los piratas, para celebrarlo abrieron una botella de vino español Pesquera gran
reserva, no recuerdo de que añada.
Después de cenar, bastante borracho me fui a mi camarote. Apenas me había empezado a desvestirme cuando
se abrió la puerta y apareció Mamen.
Llevaba un picardías transparente rojo y un liguero del mismo color, no
llevaba bragitas, lucía un pubis depilado y las tetas le sobresalían de una
especie de corsé. Sin decir palabra se
acerco a mi litera y empezó a chuparme los huevos, luego la puso entre sus
tetas que estaban durísimas y me hizo una cubana. Un ruido llamo mi atención hacia la puerta,
allí estaba Pelayo, escondido y mirando como un voayeur.
- ¿Te importa que nos mire? – me pregunto
Mamen apretando aun mas mi polla contra sus tetas.
- No, al contrario, me da morbo joderte
mientras nos mira – la conteste metiendo mi polla entera dentro de su boca.
Mientras me follaba su coño depiladito Pelayo empezó a
masturbase en un rincón del camarote y
cuando se la metía por el culo y ella pedía mas, el se acerco y se corrió en la
cara de sus mujer, yo me corrí dentro de su culo. Todo estaba lleno de semen.
- Voy a buscar algo para limpiarnos – dijo
Pelayo y salió del camarote, cuando un
fuerte golpe lo impacto en la cabeza dejándolo KO.
Luego un negro famélico entro en el camarote con un AK-47,
yo me lance sobre el arrebatándole el AK, entonces Mamen grito a mi espalda, me gire y la culata del arma de
otro pirata estaba impactando en mi cabeza, dejándome sin sentido.
Cuando desperté me encontraba encerrado en una celda con un
montón de gente, todos eran hombres de
mediana edad, ni viejos, ni niños.
Pegada a nuestra celda había otra llena de zombis, que se apretujaban
contra los barrotes intentando agarrarnos.
- ¿Donde estamos? pregunte a un tipo que me
miraba.
- En el infierno amigo, en el puto infierno,
has dejado que te capturen los piratas. -
Debieron abordarnos mientras me follaba a Mamen, pensé.
- En sitios peores he estado – dije con
tranquilidad, ante el espectáculo dantesco que tenia frente a mis ojos.
- Somos las sobras de los piratas. Los niños capturados son adiestrados como
piratas, las mujeres son esclavas y los
hombres que no dan problemas, los utilizan como trabajadores para sus
plantaciones, el resto, los problemáticos estamos aquí, en el ruedo, vamos a
morir dándoles diversión.- Me preguntaba que querría decir con el ruedo.
- La gente que estaba conmigo en el barco.
Una mujer y un hombre ¿sabes donde están? - Pregunte mas curiosidad que porque
me importara mucho.
- Ya te lo he dicho, el hombre se lo llevaron
con los demás esclavos a las plantaciones y la mujer se la estarán follando los
piratas, no creo que vuelvas a verlos.-
dicho esto se dio la vuelta y se marcho.
Al parecer los piratas utilizaban una antigua plaza de
toros como si de un circo romano se tratara,
su espectáculo favorito consistía en soltarnos en la plaza por grupos de
5 a 10
personas normales. Luego empezaban a soltar zombis para que atacaran a las
personas, cada vez mas zombis, hasta que el grupo era diezmado.
Durante todo el día
fueron sacando grupos has que al final quedamos los últimos ocho. Uno se negó a salir y lo ejecutaron
directamente por lo que no servia de nada
resistirse y nos dejo en siete.
La plaza no era muy
grande y los piratas estaban desperdigados a su alrededor, cerca de ellos había
mujeres y esclavos pululando con bebidas, abanicos etc. Destacaba una especie de palco con un negro
enorme que debía de ser el jefe de los piratas, a su lado una bella mujer le
masajeaba la espalda. Me llamo la
atención su exótica belleza, de piel
oscura y rasgos asiáticos, pelo largo, negro y liso, parecía una diosa de
ébano. A su espalda un tipo con barba y
pinta de guardaespaldas. No pude ver mas
pues los zombis empezaron a aparecer por la puerta. Era un grupo igual de numeroso que el nuestro;
a uno de los tipos le entro el pánico y corrió intentando saltar la
barrera, pero los piratas lo mandaron de vuelta al ruedo de una patada, el tipo
siguió intentando escapar hasta que un par de zombis los cogieron y le
mordieron, entonces cuando intento subir de nuevo, un disparo lo destrozo la
cabeza.
Rápido¡¡¡ – grite – agruparos de espaldas
a las barrera y manteneros alejados de sus bocas- los que quedaban se juntaron a mi
reconociéndome como su líder.
La primera
escaramuza acabo con todos los zombis con el cráneo o los huesos aplastados en
la arena, aguantábamos los seis en pie.
Uno estaba mordido pero continuo luchando. Luego oímos un gran ovación, no sabíamos que
nos esperaba pero no era bueno, nos tiraron un saco, lo abrimos y estaba lleno
de armas blancas, todas de pequeño tamaño: destornillador, llave inglesa,
cuchillo de cocina y la que yo elegí, una hoz. Entonces abrieron todas las
celdas soltado un grupo de mas de 30 zombis,
afortunadamente para nosotros aunque el grupo era muy numeroso muchos
estaban cojos o con miembros colgado de otras escaramuzas de fiesta
anteriores. Pensé que por lo menos iba a
morir haciendo lo que mas me gustaba y llevándome por delante algunos podridos.
Los siguientes
minutos fueron como un videojuego, yo no paraba de moverme y esquivar zombis,
cuando podía cortaba algún cuello o alguna pierna para dejar fuera de combate a
los podridos que podía. Llego un momento
que estaba exhausto, mi aguante llegaba a su fin. Sabia que no debían quedar muchos en pie pero
las fuerzas me empezaban a fallar, de
pronto uno de ellos se abalanzo encima mía y caímos rodando al suelo,
afortunadamente su cabeza impacto contra
una de las vallas, emanando un liquido negro de su interior. Como pude me incorpore y vi que ninguno de
los podridos me atacaba, estaban ocupados con los restos de mis compañeros, de
los cuales ya no quedaba ninguno
vivo. Me fui acercando lentamente a los
podridos. Por la apariencia parecía uno
de ellos, cojeaba de cansancio y mi cuerpo estaba lleno de sangre y vísceras,
gracias a lo cual pude acercarme y cercenar la cabeza de los que quedaban uno a
uno.
Cuando no quedaban mas
podridos con los que acabar, mire hacia el palco con la intención de
saltar la valla y gastar mis ultimas fuerzas acabando con todos lo piratas que
pudiera. Los piratas no paran de gritar
“Brutus, Brutus” , entonces un rugido
terrorífico a mis espaldas heló mi sangre, me gire y vi un gigante de más de 2 metros de alto y casi
uno de ancho. No me lo podía creer era
un zombi gigante, grisáceo, desnudo, con la carne aun intacta y atado al cuello
por una enorme argolla. Ese bicho no me
iba a morder, me iba a destrozar. Por
lo menos iba a morir a lo grande.
Entonces el jefe de
los piratas se levanto con la mano en alto y dijo.
- Por hoy hemos terminado, mañana tendréis
mas diversión, veréis al engendro, Brutusss¡¡¡¡¡¡ en acción - hubo silbidos y
abucheos pero hizo caso omiso, se levanto de su sillón y se marcho seguido de
la chica y el tipo de la barba. Poco a
poco la gente empezó a abandonar la plaza y a mi me volvieron a meter en la
celda, ahora solo.
Esa seria seguramente mi última noche, desde luego no era
como me la había imaginado, solo en una celda fría y maloliente acompañado por
los gritos de los zombis.
Debía ser media noche cuando abrieron la puerta de la celda
y dos tipos me sacaron a empujones. Me
llevaron por lo que parecía un pueblo de
esos tan bonitos de las islas griegas, quizás fuera Santorini. En la zona mas alta había una iglesia, era
donde me llevaban, cuando entre observe que la habían reconvertido en un
palacio. Me condujeron a una sala donde
me esperaban el jefe de los piratas, la chica de ébano que era mucho mas alta de lo que me pareció desde
el ruedo y también varios piratas.
- Mi nombre es Jean Charles Peterson y soy el
rey de San Toribio, ¿Quién eres tú? pregunto el negrazo con la voz de las
personas acostumbradas a mandar.
- Mi nombre es Iván, Iván Lamolevk,- Soy un
hijoputa.
- Mañana te enfrentaras a Brutus y habrá un
hijoputa menos, hoy es tu última noche y como nos ha impresionado tus huevos en
el ruedo, voy a concederte un ultimo deseo.
¿Qué pides?
- Siempre pensé que mi última noche me la
pasaría bebiendo y follando con bellas mujeres – dije mientras miraba a su
chica, lo que hizo que cambiara su cara radicalmente.
- Será hijoputa, llevarlo a su celda,
recibirá lo prometido. – no le había
gustado nada la insinuación de pasarme por la piedra a su chica.
Los tipos que me habían llevado colina arriba a la iglesia
me volvieron a meter en la celda,
empezaba a creer que JCP simplemente había pasado de mi, cuando
aparecieron los guardas con una mujer, la reconocí enseguida, era Mamen, pero
en forma de broma macabra, ahora era una zombi, las tetas las tenia la aire,
mordidas por algún zombi estaban ensangrentadas, su piel había pasado del
moreno de cubierta al gris ceniza, sus ojos estaban amarillos y peleaba como un
perro rabioso.
Uno de los dos tipos
abrió la celda y me lanzo una botella de Ron. – toma para que compartas con tu
mujer – luego soltaron a Mamen dentro de la celda, tardo un segundo en advertir
mi presencia, me miro y se abalanzo
sobre mi, con un rápido movimiento empuñe la botella y la golpee la cabeza,
quedando inmóvil en el suelo. Los
piratas bebían y se reían.
- Así que querías alcohol y mujeres e Ruskin
– dijo uno de los guardas dando tumbos.
No sabia como lo iba a hacer, pero sabia que no estaba
dicha la ultima palabra, el corazón me pedía venganza.
- ¿Por qué no te la follas ahora? ¿Vamos no
era tu mujer, no la querías? – Dijo otro de los guardas igual de borracho.
- Vamos Ruskin anímate, si estaba muy buena y
tenia muy buenas tetas, no te la follas, pues ya lo are yo.- Dijo riéndose a carcajadas y balanceando la
pelvis.
Entonces mientras uno me apuntaba con un AK el otro entraba
dentro de la celda y se bajaba los pantalones.
No me podía creer lo que estaba viendo, pretendía follarse a una muerta,
o mejor dicho a una zombi muerta. La
separo las piernas y se coloco sobre ella en la posición del misionero cuando
de repente Mamen abrió lo ojos, agarro al tipo y lo mordió la cara. El otro pirata reacciono descargando todo su
cargador sobre ellos, cuando se quedo
sin balas yo corrí hacia el y antes de que pudiera volver a cargar lo deje
fuera de combate.
Tenia que darme prisa, los disparos alertarían a otros
piratas, tenia poco tiempo para actuar, le quite las llaves de las celdas y
salí corriendo. Casi todas las demás
celdas estaban vacías, entonces un fuerte rugido llamo mi atención, era Brutus,
una maléfica idea me vino a la mente, el si que podría generar el caos que yo
necesitaba para escapar. Abrí la puerta
de su mazmorra y me escondí, cuando Brutus salió de su celda como yo esperaba
se desato el pánico, hubo disparos, golpes, gritos, la confusión que necesitaba
para escabullirme. El problema era que
estaba en una isla, solo iba a poder salir por barco y yo no era precisamente
un pirata de mar.
La mejor opción era buscar un salvoconducto en forma de
persona, el amigo JCP era lo que necesitaba.
Subí de nuevo a la iglesia, agazapado de casa en casa pues había mucho
movimiento de gente que entraba y salía, espere cerca de 2 horas escondido
antes de que se calmaran las cosas y dejaran de buscarme, luego me introduje en
la iglesia en busca del negro gordo cabrón.
Había poca vigilancia, imagino que donde menos esperaban que estuviera
seria aquí, me llevo poco encontrar la
habitación del elemento, era una habitación llena de oro y de joyas, aunque hoy
día no servia para nada, quizás algún día volverían a ser los objetos de deseo
de la gente. En una cama con dosel
estaba tumbado el con la diosa de ébano, me recordaron a la bella y la bestia,
no es que yo fuera muy agraciado, pero es que ese tipo era muy
desagradable. Encima de la mesa había
una Colt 1911 de oro cargado, la monte y se la puse en la boca.
- Hora de despertar, rey de los gordos - le dije mientras le sacudía una patada.
- ¿Quién cojo,,,,,,,? ¿Tu? ¿Te arrancare la piel? – parecía
muy enfadado. La chica también se
despertó pero no dijo nada, solo miraba.
- Calla gordo, ahora me acompañaras a una de esas lanchas
que hay en el puerto y amablemente me llevaras a tierra.
- Ja ja ja, estas loco si piensas que te voy a ayudar a
escapar, pégame un tiro o déjame dormir.
No me asusta el dolor, no temo a la muerte, tu no saldrás vivo de esta
isla – El cabron del gordo parecía estar diciendo la verdad o eso o era muy
buen jugador de póker.
- Yo te puedo ayudar a escapar¡¡ - intervino la chica – Hay unas antiguas
escaleras que bajan a una gruta, allí tiene una fuera borda preparada para
esc….
Calla puta ¡¡¡- gordo la dio una patada
que la lanzo al otro lado de la habitación yo le arree con la pistola en la
cabeza, dejándolo KO.
¿estas bien? Ella asintió con la cabeza a
pesar de que la patada y el golpe recibido.
-
¿puedes llevarme a esa gruta? Volvió a asentir.
Bajamos como pudimos por una vieja escalera de piedra en el
interior de la montaña que terminaba en una pequeña gruta con un pequeño
embarcadero. Ella cojeando a causa del
golpe y yo arrastrando al gordo escaleras abajo. Allí estaba amarrada una fuera borda de 4
motores, tenia gasolina y todo tipo de armamento dentro, incluida una RPG-7,
las cosas empezaban a pintar bien.
Según salíamos de la gruta con los motores a plena
potencia, dos embarcaciones salían a nuestro encuentro, una desde el puerto a
la izquierda y una segunda por nuestra derecha cerrándonos el paso.
- ¿Cómo te llamas chica?
- Mi nombre es Iman, pero ¿Qué haremos?
¿Dónde iremos? Por la voz parecía que empezaba a arrepentirse de la fuga.
- Si todavía quieres salir de aquí, coge el
timón y manténlo recto y que no se te olvide bajar esa bonita cabeza, las balas
no entienden de belleza.
La chica paso por
encima del gordo pisándole la cabeza, la deje el timón y me puse la RPG-7 que
había en la barca al hombro, ya estaba cargada y lista para lanzar el
cohete. Deje que la lancha de nuestra
derecha se acercara lo más posible, me agache resguardándome de los múltiples disparos que estaban
impactando en la lancha, cuando se puso a una distancia de unos 50 m dispare, la llamarada y
el posterior impacto ilumino la noche, los había acertado de lleno, la barca y
los piratas ardían a pocos metros delante de nosotros, los que seguían vivos
saltaban al agua, volví a cargar la RPG
me gire para apuntar a la segunda embarcación, pero esta ya había dado la vuelta,
no querían seguir la misma suerte que sus compañeros y huían.
- Será mejor que nos alejemos, es posible que
vengan mas y mejor armados – la dije sentándome a su lado y cogiendo el timón.
- ¿Qué haremos con Jean Charles? ¿Dónde
iremos ahora? Estaba un poco agobiada.
- Al gordo lo tiraremos por la borda y un
problema menos, luego yo iré al continente, tu puedes hacer lo que
quieras. - La chica quedo unos segundos pensativa antes
de contestar.
- No lo arrojes de la lancha, eso seria un
asesinato, yo me encargare de el – Pensé que quería vengarse del gordo y yo no
era quien para meterme.
Mas tarde me contó que un magnate llamado Flavio B. se
había llevado con el a varias chicas en su yate y que cuando empezaron a escasear los alimentos las dejo abandonadas
en una isla. Justo cuando estaban a
punto de morir aparecieron los piratas y las llevaron a San Toribio. Un par de semanas después los piratas
capturaron a Flavio, estaba solo en su yate, no se que fue de mis amigas. Pude ver como los zombis se comían al cabron
de Flavio en la plaza de toros mientras me pedía perdón y clemencia.
Jean Charles despertó un poco mas tarde, pero tuvo que
pasar muchos minutos atado y apuntado por un arma hasta que se tranquilizo y
dejo de gritar, tenia muy mal humor.
Luego el y Iman se pusieron a discutir como si de un matrimonio de
muchos años se tratara. Llegue a la
conclusión de que ella no era su prisionera, sino su pareja, eso explicaba el
porque de su enfado cuando insinúe que fuera ella mi ultimo deseo.
Descubrí que me había ayudado por despecho, al parecer cuando nos capturaron JF se follo
a Mamen porque le daba morbo (no me extraño), Iman se entero y se vengo, por
culpa de ella la pobre Mamen acabo
siendo un zombi y luego para terminar su venganza me ayudo a mi a escapar; no
porque fuera una prisionera como yo pensé en un principio.
La discusión termino cuando Iman pensó que lo justo seria
que ella hiciera lo mismo y le pusiera los cuernos a el. Así que, para nuestra sorpresa se despeloto
en mitad de la lancha y ante la impotencia de JF que estaba atado en un extremo
y mi sorpresa que estaba en el otro, Iman se puso a cuatro patas mirando hacia
el y me dijo con voz sexual – Iván te gustaría coger este culito - Yo no quería meterme en medio de sus
discusiones de pareja, pero el ver a una mujer escultural desnuda con el culito en pompa, meneándolo de un lado
a otro delante mía para incitarme y pidiéndome que se la metiera lo mas dentro
que pudiera, era irresistible. Si a eso
le sumas la cara de mosqueo que tenia el negrazo cada vez que azotaba a su
chica en el culo mientras penetraba a su chica por el esfínter y esta gritaba
de dolor mientras se la metía a causa de lo apretado que lo tenia, para
terminar corriéndome en su bonita cara de ébano, eso no tenia precio, era mi
pequeña venganza..
Poco después avistamos tierra, era el continente, no sabia en que punto
exactamente, pero estaba claro que no era otra isla, desembarque con las armas
y el equipo dejando en la lancha a Iman y JF que aun continuaba atado. Les dije que hicieran lo que quisieran, me
daba igual que se mataran o se amaran.
Desembarque y seguí mi camino.