viernes, 30 de diciembre de 2011

SAQUEADORES


Normalmente todas las poblaciones a las que me acercaba estaban atestadas de infectados, la norma era, ciudad grande igual a muchos podridos, si querías estar lejos de ellos, cuanto más desierto fuera el paraje mejor.   Pero esto que tenia delante de mí era una urbanización de chalets individuales y mansiones de lujo,  toda vallada y aparentemente tranquila en mitad del campo.   ¿Quizás la evacuaron antes de que la infeccion se propagara? ¿quizás haya gente dentro? Me preguntaba que me encontraria, la verdad es que no se me ocurría nada que pudiera necesitar de esos chalets, ¿ropa? ¿Joyas? Algún  Picasso o Van Gog abandonado, quien sabe lo que los ricos dejan cuando salen corriendo.  Lo único que me interesa es una buena y cálida cama, al ser una urbanización cerrada no creia que hubiera muchos podridos molestando, por lo que podría pasar una temporada tranquilo.

Al pasar por lo que debió de ser el control de entrada, mire la garita de los guardias, hice una rápida inspección visual pero no había nada de interés,  llevaba mucho tiempo abandonada a juzgar por el polvo de la mesa y otros detalles.   Me llamo la atención las llaves puestas en la puerta, la habían abandonado con muchas prisas.

Mientras circulaba por la urbanización, vi una mansión que llamaba especialmente la atención.   Era preciosa, con su valla roja y uno de esos molinos eólicos en el jardín, que sobresalía por encima,  existía la posibilidad de que tuviera electricidad e incluso puede que agua caliente. Era una de esas casas que veías en los programas de T.V. y en las revistas de decoración y que siempre te preguntas que donde estarían y a que se medicarían sus propietarios,  mas tarde cuando terminara de inspeccionar toda  la urbanización, volvería a pasar la noche en ella.  

Al poco llegue a lo que debía ser el corazón de la urbanización, era un pequeño centro comercial, de andar por casa, de esos que tienen las 4 cosas necesarias para que la gente que viva aquí no tenga que salir fuera, panadería, bar, tienda de regalos, peluquería y por fin algo interesante, una farmacia, no me podía creer mi buena suerte, una farmacia llena y sin saquear, para mi solo.

Cuando me acerque, me di cuenta que los sitios sin peligro eran una utopía en esta época, un grupo de unos 40 zombis ocupaban el centro comercial, la mayoría parecían dormidos o aletargados, solo media docena se movía erráticamente de un lado a otro.  Los suficientes para crearme problemas, pero no para que renunciara a los medicamentos, así que había que pensar algo, ataque frontal a lo Rambo o entrada sigilosa.
   
Como ya sabia las consecuencias de hacer ruido, si había mas infectados cerca, me decidí por la manera silenciosa, no quería encontrarme con cientos de zombis que salieran de todas partes y no tener una salida clara, era mejor algo audaz y rápido.  

Así que hay estaba yo planeando como entrar en la puta farmacia cuando de repente sonó un ruido de motor que se acercaba a gran velocidad, me dio el tiempo justo a esconderme antes de ver aparecer un BMR y un camión, eran vehículos militares que veían a gran velocidad y al llegar al centro comercial el BMR  embistió contra la puerta principal, como un alunizaje, el método que utilizaban los rateros para saquear tiendas desde mucho antes de la hecatombe zombi.   

 La puerta del vehículo se abrió y empezaron a salir hombres con uniforme de ambos vehículos, lo primero que pensé es que era una operación del ejercito,  ya que utilizaron un procedimiento estándar de asalto, salieron y se pusieron en circulo abatiendo a todos los zombis con disparos rápidos y certeros.  Pero algo no cuadraba, llevaban melenas, pendientes y su vocabulario era barriobajero no militar, había pasado muchos años en el ejército y esos no eran soldados, debían ser mercenarios o saqueadores.

Torpemente cometí un error de novato, hice un pequeño ruido que me delato y al instante estaba apuntado por varios fusiles de asalto, listos para disparar a mi posición, tenia que hacer algo, si me confundían con un podrido me iban a volar la cabeza.

-     No disparéis, no estoy infectado – Les grité mientras levantaba las manos.
-     Sal con los brazos en alto y anda lentamente hacia aquí - dijo el que parecía que mandaba el grupo de asalto.

Cuando salí del escondite, confirme que eran mercenarios, saqueadores profesionales. estaban dejando limpia la farmacia y esas medicinas no irían a refugiados, la  situación se volvia muy peligrosa.

-     ¿Estas tu solo? ¿Quién eres? -Pregunto de nuevo el que llevaba la voz cantante.  Ahora podía verle, era alto, moreno, de unos 35 años, con una cicatriz inconfundible en la cara.   Detrás suya varios hombres de diferente color de piel, altura y proporciones, parecían el ejército de Pancho Villa.
-     Si, estoy solo -, respondí, mientras un par de hombres revisaban el sitio donde segundos antes yo había estado escondido, uno de ellos asintió con la cabeza.
-     Esta bien, continuar con la operación, Jasan mete a ese tipo en el vehículo, mas tarde lo interrogaremos- Jasan era un tipo de casi dos metros pelo y barba negra y oscuro de piel, árabe seguramente. 
- Como mandes Olof - Esa era el nombre del jefe del grupo.

Así que mientras Jasan me esposaba de muy malas formas y me dejaba sentado en el vehículo, podía escuchar como saqueaban la farmacia.

-     Vamos rápido, esto va a ser un infierno en unos minutos - ,gritaba Olof, mientras se oían disparos cada vez más constantes y cercanos, el número de infectados debía de estar aumentando por segundos.  

 De repente oimos una voz lejana, que no pertenecía a los saqueadores.
-     Socorro, no disparen, soy un humano, no disparen. – Gritaba en la lejania.

Quien seria el imbécil y que coño hacia aquí., vaya con la urbanización tranquila, pensé, tenia de todo, saqueadores, zombis, refugiados.
-     ¿Quién coño es eres tu? - Volvió a preguntar Olof a la persona que llego gritando.
-     Gracias a Dios, el ejército por fin, mi familia y yo estamos refugiados en una casa cerca de aquí, mi padre necesita un medico y medicinas. -  Ese inocente pensaba que eran auténticos militares y que le iban a ayudar..
-     Meter a este tipo en el BMR con el otro, luego pensaremos que hacemos con ellos.   Esto parece un puto circo - dijo visiblemente enfadado Olof, mientras los disparos a los podridos no cesaban. 

Apareció Jasan en el BMR, dando empujones a un tipo de unos 50 años, en chándal y con gafas,  ¿ que coño hacia este tipo todavía aquí, porque no se marcho con los evacuados y la gente normal?
-     ya esta todo en el camión, podemos irnos - grito uno de los saqueadores.
-     Esta bien, todo el mundo dentro, nos vamos - No paraba de dar ordenes, 

La presión de los zombis debía de ser grande,  Al final Olof y Jasan entraron al vehículo, luego otros dos mercenarios mas entraron trás ellos y cerraron el portón brindado disparando a su espalda, por el pequeño hueco de puerta que yo podía ver, observe que una horda de zombis estaba a punto de alcanzar al vehículo.

Los dos vehículos arrancaron y con la misma rapidez con la que llegaron, se marcharon de la zona, en los poco más de 2 minutos que había durado la operación, habían saqueado la farmacia.

-     Pero no podemos marcharnos - dijo el tipo del chándal,  ni se molestaron en contestarle, solamente se miraron y sonrieron. - Mi familia esta aun en la casa, no se pueden quedar solos - continuo hablando sin que nadie le prestara atención,  – mis padres son muy mayores y mi hija tan solo tiene 18 años.-   En ese momento pareció que les habian activado un resorte,  a esos hombres se les ilumino la cara.  El tipo no era consciente de que acababa de echar a su hija a los lobos.
-     Jasan llama por radio al camión, que continúen hacia la base, nosotros nos retrasaremos un poco -   Ordeno Olof, con una sonrisa de oreja a oreja le dijo al tipo – Hoy va a ser un día perfecto, ¿cual de estas es tu casa? aunque no tenemos mucho tiempo, rescatemos a su familia. – dijo el miserable riendose.
-     Esta cerca de la entrada al complejo, es inconfundible, tiene una valla roja y una turbina eólica que se ve desde cualquier sitio.   Es blanca, con tres grandes aspas. - Contesto el tipo inocentemente.

 La casa que estaba describiendo era la mansión que yo había elegido para pasar la noche.  Vaya sorpresa se hubieran llevado si me llego a meter en ella.   El conductor del vehículo asintió con la cabeza e indico con la mano lo que debía de ser la turbina eolica, así que con un par de giros nos plantamos en la puerta.

 A la par que se abría las puerta del vehículo brindado, se abría también la puerta automática de la mansión.

-     Todos dentro, aprisa - dijo Olof mientras empujaban al otro tipo y a mi hacia la casa, esposados y con un fusil apuntándonos la espalda.

Cuando llegamos a la altura de la torre vimos a una mujer también de unos 40 o 50 años, bien conservada, (es lo que tienen las ricas, que pasan los años pero pueden pagarse caros tratamientos de belleza), rubia, con media melena hasta los hombros,  nos miraba sorprendida, sin acabar de comprender porque nos llevaban atados como si fuéramos prisioneros.

-     Quiero a todos los habitantes de la casa en el salón a la voz de ¡!ya¡¡, - grito Olof,pengando un empujon a la rubia que a punto estuvo de hacerla caer al suelo.
-     Pero mis padres no puede moverse, son muy mayores - replico la mujer justo antes de recibir un segundo empujon que la mando dentro de la casa.

Seguramente, los ancianos eran el motivo por el que no se habían marchado durante la evacuación con los demas, pensé.  

Entonces los 4 mercenarios como si estuvieran muy familiarizados con la situación se separaron y empezaron a buscar por toda la casa,  poco a poco fueron juntado a todos en el salón.  Al final éramos seis, el matrimonio pijo, los viejos que debían de ser dos ancianos octogenarios, que efectivamente apenas se podían mover, el con pinta de estar gravemente enfermo, la anciana aunque asustada si parecía estar bien físicamente, la hija  que parecía un clon de 18 años de la madre, mismo tipo escultural, mismo peinado a mechas, misma forma de vestir, misma pinta de pija,  misma cara de asustada y yo, en medio del follon.

-     Exijo una explicación, soy amigo del jefe de las fuerzas armadas - grito el hombre, todavía seguía pensando que eran militares.
-     Olof lo miro y riendo le contesto.  ¿Que me exiges una explicación? - ahora se reían todos,  - pues la explicación es simple, ahora sois mis prisioneros y todo lo que hay en esta casa me pertenece.
-     ¡Pero….¡.  - No le dio tiempo a decir mas al hombre antes de que Olof le calzara una hostia en la cara, las gafas quedaron hechas añicos y al hombre se le hincho el pómulo como si tuviera un tomate en la cara.
-     Papa!!, Robert!! - gritaron las mujeres corríendo a socorrerlo.
-     Esta bien ya que queréis conocer la situación en la que os encontrais, os complaceré, la situación es la siguiente: Usted señora ahora es mi puta, su hija, es mi putita, el resto son comida para los zombis -   debió de ser muy gracioso porque todos los saqueadores se echaron a reír al unísono.   - En cuanto a ti - , dijo mirándome a mi, todavía no tengo muy claro si eres comida para los zombis o si me puedes ser útil, hemos perdido mucha gente últimamente y necesitamos gente que sepa disparar, ¿Qué me dices?
-     Digo que no me atrae nada la idea de ser comida para los podridos, y si mal no me equivoco, me ofrecéis comida de todo tipo, conteste, mientras miraba a las mujeres abiertamente. ¿Cómo voy a rechazar tan tentadora proposición? -   Hasta que pensara en algo, lo mejor era estar de su lado.
-     Será cabrón el ruso, todavía no se ha unido a nosotros y ya nos quiere levantar los chochitos.  ¿Cómo te llamas cabrón?
-     Mi nombre es Ivan Lamolevk y no tengo problema en volarle la cabeza a un podrido o volársela a un gilipollas. -  Ahora miraba al pobre de las gafas rotas.
-     Me caes bien ¿Que coño hacías en el centro comercial, Ivancito? - No me gusto el tono, parecia querer provocarme.
-     Lo mismo que vosotros, esos medicamentos son oro estos días, demasiado tentador  para dejar pasar la ocasión. - Conteste sin caer en la provocacion.
-     Quizás tengas suerte y no acabes siendo comida de zombis - , me dijo con tono condescendiente.

Luego se dio la vuelta y mirando a la mujer grito, 

- A ver mi puta, que se acerque a su amo, quiero ver como chupa la poya una pija rica, si eres tan guarra como parece, creo que disfrutare mucho -dijo buscando con la mirada a la mujer.

Los cinco miembros de la familia se quedaron atónitos, en su cara se reflejaba el horror, empezaban a ser conscientes de lo oscura que era su situación.

-     No me has oído guarra, ven aquí ahora mismo. - La grito, la mujer seguía inmóvil, no movía ni un solo músculo, creo que de terror. - Tendré que motivarte para que vengas. Jasan, Malulo, sacar la basura a la calle, vamos a dar de comer a los zombis. -  Entonces los dos matones cogieron al viejo por los brazos y lo levantaron en vilo como si fuera una pluma.

El hijo de puta lo decía en serio, lo llevaban a la calle,  iban a echar a un anciano enfermo que a duras penas podía moverse, de carnaza  a los zombis.   Me parecía una hijoputez, pero hacer algo ahora equivalía a pegarme un tiro en la cabeza, tenia que esperar que llegara una oportunidad.

-     No, porfavor - grito la mujer mientras caminaba lenta y sumisamente hacia Olof. -  Se iba a entregar a lo que la quisiera hacer.
-     Bien perra, vas aprendiendo, camina a cuatro patas moviendo el culo y lámeme los webos - la dijo con voz autoritaria, mientras se desabrochaba el pantalón.

La mujer se arrodillo y  avanzando a cuatro patas como la habia ordenado, mire a su familia, todos estaban llorando, el hombre, la hija, los abuelos.  La mujer le agarro la polla con las manos y Olof la propino una ostia.

-     Con la mano no guarra, con la lengua, - la grito a la vez que la arrancaba la ropa y la dejaba semidesnuda con las tetas al aire.  - Límpiame la poya con la lengua - El cabron no queria follarsela, la estaba torturando.

Estaba claro que era un sádico, disfrutaba haciendo sufrir, no quería sexo, a menos que fuera de esos que obtienen placer con la tortura. Se encontraba en mitad del salón con los pantalones bajados y las manos en jarra, la mujer a sus pies desnuda le estaba lamiendo los huevos delante de su familia.

-     Ves a tu mujer, a que no sabias que era tan guarra - le dijo al pobre hombre que estaba en el suelo llorando y con la cara inflamada.  - No tengas envidia, tu serás mi perro, me lamerás las botas con la lengua mientras tu mujer me lame los huevos. - El muy cabrón gozaba con la situación, le gustaba hacer sufrir y torturar a esa pobre familia.   Y si yo no hacia algo la cosa iría a peor.
-     En el pasado vosotros, los ricos me jodiais y me dabais por culo y ahora soy yo el que os de a vosotros - Se jactaba satisfecho -  Pero me temo que no metafóricamente,  Jamal enséñale a mi perro lo que le vas a meter por el culo - dijo riéndose, mientras Jamal se bajaba el pantalón y dejaba al aire una verga de caballo.
-     Mientras dais por culo a estos dos mierdas, yo voy arriba a comerme un chochito tierno, seguro que es virgen. - Dijo mirando a la joven que se levanto e intento salir corriendo escaleras arriba.
-     Nooooo, Cuca¡¡¡¡, -  grito el padre al borde de la desesperacion.
-     Joder que se calle este gilipollas, ya estoy cansado de el - ordeno a Jamal mientras subia escaleras arriba persiguiendo a la joven.  


Jamal se coloco detrás de el y le introdujo la polla por el culo, el padre solto un grito desgarrador
 – Ahora vas a gritar, pero de placer. - le susurro Jamal al oido. 
-   Esta putita me va a enseñar que sabe hacer - dijo Olof mientras la agarraba por la cintura y le pasaba la lengua por la cara, - me gusta domar fierecillas,  vosotros, - dijo mirando al resto de sus hombres,  - podéis follaros a la madre, os la regalo,  - dijo como el amo que le echa las sobras a sus perros, me temo que no había llegado lo peor.

Cogió a la joven por el pelo y la arrastro a la habitacion, - vas a tener suerte, te vas a estrenar con una buena polla – la decía el hijo de puta mientras la desnudaba y manoseaba todo su cuerpo.   

Los otros dos mercenarios habían empezado a discutir sobre quien seria el primero en violar a la mujer, los dos querían ser los primeros y no se ponían desacuerdo.

-     Porque no os la follais los dos a la vez - los interrumpí.
-     ¿Que dices tu, quien te ha dado vela en este entierro? - Contesto despectivamente uno de de ellos.
-     Por que vas a comerte las babas o la leche de otro, es un poco asqueroso - dije gesticulando oscenamente - Y eso se arregla follándolá los dos al mismo tiempo.   Os echareis unas risas a la vez que la jodeis. – había captado su interés 
- Compañeros - les dije -  al gilipollas ese, le quedan horas de placer con Jamal y esos dos viejos no pueden ni moverse.  Además me tenéis a mí para vigilar - El cebo estaba lanzado, habia que esperar a que picaran.

Al final afortunadamente picaron  Estos tipos habían entrado en una espiral de atrocidades, lo mas probable era que ningun miembro de la familia saliera vivo para contarlo, así que tenia actuar rápidamente.

 Los dos empezaron a desnudarse y a quitarle la poca ropa que le quedaba a la mujer.  Ella lloraba y suplicaba piedad hasta que uno la cogíó por los pelos y la metío la polla entera en la boca, soltando unas cuantas arcadas.

Yo aproveche el momento y disimuladamente me acerque a la anciana, que era la que parecía mas serena, la pedí que me desatara, que confiara en mi.  Por un momento se lo pensó, pero una nueva arcada de su nuera la convenció,  su única oportunidad era yo.   

Mientras me liberaba las manos, mire el salón,  al hombre tirado en el suelo con Jamal sodomizándolo,  a los ancianos mirándome asustados, expectantes por ver que hacia,  y a los 2 restantes alrededor de la mujer que ya estaba siendo penetrada por ambos simultáneamente.  

Era el momento, a pocos metros de mi había un Kalashnikov, con un rápido movimiento lo agarre, le quite el seguro y lo monte, cuando levante la mirada para apuntar todo parecía moverse en cámara lenta, uno de ellos me miro fijamente, fue el primero en caer, un tiro en la cabeza, estallo como un melon.  El otro aun penetrando a la mujer, ni siquiera tuvo tiempo de sacarla, no se había dado cuenta de lo que pasaba, cuando quedo seco en el suelo.    Solo quedaba Jamal,  que había cogido una pistola en un rápido movimiento y me apuntaba, desafortunadamente para el se encasquillo. Recibió su tiro en la cabeza mientras me miraba con los ojos abiertos como platos. 

 Después, el silencio reino durante unos instantes, hasta que el sonido de una puerta que se abrió en el piso superior lo rompió.   Apareció Olof, el y la chica estaban desnudos, como vienieron al mundo, el la  utilizaba como escudo humano, la estaba apuntando con una pistola en la cabeza, cuando llego abajo, vio incrédulo a todos sus hombres muertos en el suelo.    

-     Donde estas Ivancito cabron, tengo un regalo para ti - grito moviendo la pistola. - Sal o empezare a cargarme a estos, uno a uno. -

Yo estaba escondido en la cocina, pensando, de repente un golpe a mi espalda me sobresalto, la casa tenia una puerta trasera en la cocina que daba a la calle, con el ruido de los disparos algunos podridos se habían acercado, podía ver tres o cuatro golpeando la puerta.  Se me ocurrió una idea un poco descabellada y arriesgada.  Abrí la puerta para entraran,  corrí hacia el hall, los zombis entraron y como me había imaginado, en vez de seguirme fueron hacia la luz y los gritos de Olof, atraidos, como las moscas acuden a un mojón.   Entonces los gritos de Olof cambiaron de tono radicalmente.

- Estas loco, cabrón, vas a matarnos a todos – gritaba y disparaba a los zombis que iban llegando al salon.  Cuando se quedo sin balas,  solo quedaba un podrido,  le lanzo la pistola sin hacerle nada, a continuación empujo a la chica hacia el zombi para poder escaparse.  El podrido la agarro del pelo y estaba a punto de morderla, cuando un certero disparo en la cabeza lo dejo seco, la habia salvado por los pelos, nunca mejor dicho.

- Has perdido, levanta los brazos y date la vuelta lentamente – le dije a Olof apuntandolo a la cabeza. 

Cuando Olof se giro le arree un golpe en la cabeza que lo dejo inconsciente.  Iba a ejecutarlo cuando otro zombie apareció en el salon.  La puerta de la cocina seguia abierta, tenia que cerrarla o al final los que estaríamos jodidos seriamos nosotros.     Llevaba una Glock de 15 disparos, no me podía permitir el lujo de fallar ningún disparo, si entraban muchos podridos por la puerta estábamos finiquitados, así que con la pistola por delante avance disparando a todos los que me encontraba de camino a la cocina, creo recordar que fueron otros 4 o 5.   Cuando por fin cerré la puerta, no debía quedarme más de una o dos balas, sentí un gran alivio porque en el exterior ya había cerca de 20 zombis acercándose.

Volví al salón estaba toda la familia abrazada y llorando, las mujeres seguían desnudas, así que lo primero que hice fue coger una manta y taparlas, luego me deshice de  todos los cadáveres, los saque al jardín.  Cuando Olof despertó le obligue a cavar una fosa en el jardín, donde enterrar a sus compañeros.

-     Tienes las horas contadas - me decía mientras cavaba, - mis hombres estarán extrañados de que no volvamos y saldrán a buscarnos, es cuestión de tiempo que den con el BMR. -

Tenia razón el BMR continuaba aparcado en la puerta y aunque sus compañeros estuvieran acostumbrados a estas escapadas, tarde o temprano vendrían a buscarle y darian con el BMR.

Reuní a la familia y les dije que había que coger el BMR y marcharse lejos, antes de que nos encontraran.  Ellos se negaron, igual que antes no habían querido escapar, ahora tampoco querían, ese era su hogar, tenían un huerto, provisiones, la turbina eólica y un pozo con agua, solo les faltaban medicamentos para el anciano y por eso el padre había intentado llegar a la farmacia.   Me ofrecieron quedarme con ellos, lo cual era una oferta tentadora, pero que rechacé.

Ya estaba todo dicho, solo me faltaba decidir como y cuando salir de allí.  En un principio la solucion era fácil, pues el BMR estaba en la puerta y logicamente, ese seria a partir de ahora mi nuevo medio de transporte, solo había que buscar la forma de deshacerse de los podridos que rodeaban la casa atraidos por los disparos de la noche anterior.

-     Tengo una idea-  dijo la mujer, con una mirada que daba miedo.

La idea era sencilla, era utilizar a Olof como cebo para distraer a los zombis, mientras a mi me daria tiempo de montar en el BMR y escapar sin que me molestaran.   Yo encontré algunos fallos en el plan, sobre todo para su seguridad, pero insistieron en que no me preocupara por ellos y me marchara en el BMR cuando uno de ellos me diera la señal.    Así que eso hice, me prepare en la puerta donde estaba aparcado el BMR y espere su señal.  Entonces un grito, en la parte trasera de la casa, como el de un cerdo cuando llega la matanza, se escucho en varias manzanas a la redonda, pensé que habían degollado a Olof, iba a dar media vuelta cuando la puerta de la finca se abrió,  Apunte con el K-47 hacia el exterior, pero el grito atrajo a los zombis hacia la puerta trasera de la casa y yo tenia camino libre.  Cargue las armas y las provisiones al vehículo, lo mas rápido que pude, sabia que en cualquier momento podía tener visita.

Cuando arranque el vehiculo y gire la calle, me encontré a Olof desnudo y corriendo cojo con las manos atadas, tenían un reguero de sangre que caía entre las piernas.  Adivine lo que había pasado,  las dos mujeres se habían vengado y le habían castrado, esa era su venganza, le cortaron la polla antes de tirarlo por una de las ventanas del piso superior.  No tenía ninguna posibilidad de escapar y encima les estaba haciendo el favor de llevarse a toda la horda de zombis lejos de su casa. 

 Se me ocurrio, que si los zombis estaban ocupados en la cacería, yo podía darme una vuelta por la farmacia y mirar a ver que habían dejado el día de saqueo.

Afortunadamente para mi y para la familia, cuando saquearon la farmacia, fue tan rápido que no tuvieron tiempo de hacerlo minuciosamente y dejaron suficientes medicamentos, así que antes de seguir camino pude pasar por la casa y hacerles un presente de despedida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario